Este artículo es el primer trabajo publicado de Iván Merz. Se trata de una conferencia que pronunció en febrero de 1919 entre sus colegas, miembros de la organización ‘Croacia’, siendo estudiante en Viena. En el artículo Iván expresa sus ideas sobre la importancia de la vida espiritual.
La misma vida de Cristo, quien experimentó la lucha de toda la humanidad y el dolor de toda la historia, evidencia claramente que el sentido de la vida es el dolor; mysterium crucis. El evangelio y el desarrollo del cristianismo son las epopeyas del dolor. La vida de los grandes personajes no es otra cosa que un verso de ese canto. ‘Si alguien quiere venir en pos de mí niéguese a sí mismo y cargue con su cruz diaria’, nos ensena en un lugar. Un poco más adelante prosigue con palabras emocionantes que reflejan realmente la tragedia de la vida: ‘Los zorros tienen cuevas y los pájaros nidos, el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza’.
Cuántas generaciones hubo en los tiempos antiguos que experimentaron ese dolor. Hay tanta gente en la actualidad que vive y comprende una pequena parte de la historia; ellos al final entendieron el capítulo principal de la vida de Cristo. Toda la historia, la vida presente de la humanidad y de los individuos está tejida de momentos similares, como un mosaico. Vivir profundamente significa: ‘Cargar’la cruz de cada día’.
Amo a la gente de la generación de hoy – aquellos que sufrieron y comprendieron la seriedad de la vida. Ellos en la práctica resolvieron el problema de Fausto. Es decir, es vano todo filosofar dentro de una habitación gótica, cómoda, iluminada por la luz de la luna, de ese modo no se puede descifrar el enigma de la vida. Es fácil decir:
‘He estudiado filosofía
medicina y jurisprudencia,
y hasta teología,
la he profundizado con entusiasmo’. Göthe “Fausto”
Al tener los medios es más fácil aún entrar en el bullicio de la vida y seducir a una nina inocente. Pero si Fausto hubiera tenido que luchar por el pan de cada día o si hubiera tenido que experimentar el dolor en todas sus fases sin duda hubiera comprobado lo que ha vivido mucha gente desconocida Es que había cargado sobre su espalda todo el peso de la historia de los mortales sin que se supiera su nombre.
No es nada extraordinario estar sentado en un ambiente cómodo y sin dolor pasar a otra vida. Sin embargo es muy diferente sufrir y luchar, inclusive luchar consigo mismo. Recién entonces el hombre se da cuenta de que el dolor es la savia de la historia que lo guía de época en época, que mantiene de pie a las multitudes, crea naciones, derrumba tronos y extermina el pecado con gran éxito. La muerte de Cristo y la historia de la humanidad confirman concretamente este pensamiento simbólico.
Y el dolor actual incrustará en las generaciones de hoy sus perennes sellos. Ya se vislumbran las huellas del hombre nuevo, el que dentro suyo experimenta una vida grande y profunda. (…)
El hombre es sumamente débil y sin la ayuda de los otros no puede hacer nada. Por eso Él pasó de la eternidad a la historia, convirtiéndose en el centro de todo el macrocosmos, entregándose a sí mismo con el fin de que nosotros nos renovemos corporal y espiritualmente. No olvidemos ese inmenso amor dedicando más atención a la Hostia pequena y blanca que nos espera solitaria en las frías iglesias. El mundo vive para sí, como si no hubiera ocurrido ese milagro de los milagros que fue anhelado inmensamente durante los eones por todo el macrocosmos. (Slovjev).
Quien ha vivido, o al menos procura vivir así, seguramente ha percibido el mundo en una iluminación completamente distinta y ha sentido claramente las terribles tramas del pecado en el cual se ha enredado la humanidad actual. Muchas penas hay que soportar, (el sufrimiento no es un chiste), para poder perfeccionarnos al menos un poco; para dar cada paso habrá que derramar mucha sangre y lágrimas, pero sin el dolor y la fatiga no hay vida. El asceta alemán Tauler dice: “Fíjense bien, oh ustedes hombres, y piensen que el caballo que más velozmente les lleva a la perfección es el sufrimiento”.
Nosotros también debemos aprovechar ese inmenso bien; es necesario formar grandes hombres que formarán una patria grande. Librarse de lo transitorio y observar el desarrollo de la vida con los ojos bien abiertos tendría que ser la meta de los hombres nuevos. El empeno por la perfección y la ascética deberían ser el pan nuestro de cada día. Ella nos abre los horizontes interiores, hace de nosotros hombres desinteresados, mantiene en nosotros el rechazo hacia el mal y nos da fuerza para no desfallecer. La ascética engendra la capacidad de sufrir y nos guarda de la pusilanimidad a la cual se abandona mucha gente después del primer inconveniente.
Debido a las nuevas circunstancias originadas durante esta guerra en nuestra vida pública hay muchas desavenencias. Ellas son características en las épocas de transición. Nosotros en seguida sentimos el espíritu de los nuevos tiempos puesto que realmente vivimos en forma rigurosa pero nos pasamos de los límites: de las discusiones necesarias indispensablemente nacieron disputas innecesarias. El espíritu mezquino se instaló en nuestras filas; las cuestiones políticas efímeras nos separaron. Nos olvidamos de la universalidad de la Iglesia y de su programa político que fue elaborado durante los siglos y que se basa únicamente en la doctrina de Cristo. El egoísmo nacional se apoderó de los espíritus fogosos que se olvidaron de la humildad y de la autodisciplina y empezaron a mostrar al mundo sus virtudes y a destacar los defectos de sus hermanos más cercanos en el foro de aquellos que ellos mismos no aprecian. En vez de continuar construyendo empezamos a destruir aquello que con mucho sacrificio habíamos edificado juntos.
Por eso debemos dedicar toda la atención a la propia formación y al estudio del catolicismo que lastimosamente no conocemos ni un poquito mejor que un alumno de primaria.
Crear hombres grandes es el objetivo del movimiento católico internacional, puesto que sólo ellos sabrán orientarse en las dificultades y soportar sufrimientos con ciertas alegrías interiores que son características de todo desarrollo, de cada época y de las creaciones artísticas más profundas. ‘In cruce totum constat et in moriendo totum iacet’.
/Luz, 9-10(1919)210-214/
Las congregaciones marianas eran asociaciones espirituales de laicos católicos de distintas edades que surgieron al lado de la Companía de Jesús. Ellas brindaron a sus miembros una sólida formación espiritual, facilitando a aquellos que lo deseaba, el compromiso en el campo del apostolado cristiano.
La fuerza interior de la congregación depende de la vida interior del cristiano y en especial del congregante. Si la misma es exuberante y profunda también la fuerza interior de la congregación será grandiosa. Eso es toda la introducción. En seguida paso al mismo hecho.
El fin de toda la historia del género humano es la reconstrucción de aquel orden que había sido danado por el pecado original; y la meta de las almas humanas es llegar a ser semejantes al prototipo a cuya imagen y semejanza han sido creadas. El objetivo de todos los hombres es su santificación que consiste en ser semejantes al Verbo encarnado – Nuestro Senor Jesucristo.
Por eso nos preguntamos: ?Cómo era la vida interior de nuestro Salvador, para que la nuestra sea semejante a la suya? Ahí están arraigadas todas las dificultades de nuestro problema; si logramos solucionarlas encontraremos una buena senal del camino que nos marcará el rumbo que debemos tomar.
Los datos de la vida interior de Jesús los obtenemos de sus palabras y de sus obras y todos podemos leerlos fácilmente en el Evangelio. Por eso es necesario leer habitualmente el Evangelio u otros libros espirituales que se basan en el Evangelio y nos hablan de la vida interior de nuestro Salvador. Además es necesario utilizar las oraciones del Antiguo Testamento porque sabemos que en cierto modo eso es la esencia de la vida espiritual del mismo Salvador. A todo eso debemos agregar la oración de la Sagrada Liturgia y la lectura de la vida de los santos y entonces podremos tener una visión completa. Los santos, por cierto, tuvieron su vida espiritual más semejante a la de su Prototipo y según los ejemplos y los testimonios de esas obras maestras que son los santos podemos comprender claramente cómo era la vida del mismo Salvador.
En cuanto a la Sagrada Liturgia ella es la mejor guía, pues de una manera muy didáctica nos revela todos los pormenores de la vida de nuestro Salvador durante el ano litúrgico. Es decir, la Iglesia es la Esposa de Cristo y la vida espiritual de la Esposa perfecta, es el reflejo perfecto de la vida espiritual del Esposo. Esa vida interior de la Esposa celestial está expresada en su forma artística en la Sagrada Liturgia. Sus oraciones y movimientos y sus perfumes son las proyecciones del Cielo en la Tierra, son las fotografías de la vida interior de Dios. A través de la Liturgia podemos ir conociendo con más facilidad todas las bellezas de la vida interior de Dios. A través de la Liturgia evidentemente nos damos cuenta que Dios es el artífice de los mundos, Dios de la justicia severa, Dios del amor; asimismo Dios de la hermosura absoluta que nos embriaga con su resplandor y su brillo y hace que todas las dificultades de nuestra fe sagrada, todas las cruces y todas las humillaciones sean más llevaderas.
Meditemos diariamente sobre los pensamientos expuestos: del Antiguo y del Nuevo Testamento, de la vida de los santos o de la Sagrada Liturgia. Todo eso hará desaparecer el velo que cubre la vida espiritual de nuestro Salvador y cuando logremos comprender esto podremos empenarnos a fin de que nuestra vida sea semejante a la suya. Otras discusiones teóricas distintas, como por ejemplo la obra de Shceeben sobre la Gloria de la gracia de Dios, podrán ayudarnos en nuestro empeno.
Todo eso presupone que nos hemos decidido a ser santos. Decidirnos – sí, eso es el misterioso punto de partida desde el cual se empieza a marchar por el camino del bien o del mal. Oh misterio inalcanzable de Dios: el hombre puede decidirse por el bien o por el mal, podemos dirigirnos a la derecha o a la izquierda. El hombre puede vivir únicamente para el bien porque Dios lo sostiene, porque es capaz; el hombre en eso se asemeja a Dios debido a que tiene la voluntad libre como Dios.
Por eso para ser semejantes a Adán y a su prototipo Jesús es necesario ser duenos de nuestra propia voluntad. Con ese fin hay que ir salvando sistemáticamente todos los obstáculos que se presentan en el camino de la perfección. La autodisciplina del espíritu y la mortificación del cuerpo son aquellas dos palancas por las cuales nuestra voluntad se ejercita y fortifica; ellas alejan de nuestras almas aquellas faltas causadas por el pecado que impiden que el fuego del Sol divino atraviese el alma nuestra haciéndola candente como el hierro en el fuego.
La base de nuestra vida espiritual está en el continuo esfuerzo de nuestra voluntad. El Salvador lo expresó con las palabras: ‘El que quiera seguirme, tome su cruz cada día, y sígame’. (Lc.9.23)
Ayudados por un continuo esfuerzo de nuestra voluntad en el bien podemos anhelar aquella perfección cuyos modelos hemos encontrado en la lectura espiritual. Nosotros queremos ser semejantes al Salvador, deseamos que nuestra vida espiritual sea un reflejo de la suya. Nosotros deseamos someternos y disponernos a la Ley Divina que gobierna el mundo – a la que obedece toda la naturaleza que es el más perfecto orden de Dios; toda la sabiduría de nuestra vida consiste en que libremente nos sometamos a aquella luz a la cual inconcientemente se somete la naturaleza irracional – es decir, nosotros debemos hacer la voluntad del Supremo Legislador. ‘Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo’. (Mt.6,10) En eso está el principio de la santidad; en esa frase está el núcleo de todas aquellas oraciones que han sido recitadas desde el principio del mundo y se repetirán hasta el fin del mundo. La humildad, es decir, el humilde sometimiento a la voluntad de Dios es la base de todas las demás virtudes; sobre la humildad debe cimentarse el edificio de nuestra vida interior.
Humildad, oración, lectura espiritual y ejercicio de la voluntad en el bien son cuatro condiciones sin las cuales la vida religiosa no existe. En las circunstancias ordinarias la vida espiritual es necesaria porque en general en ella reconocemos la voluntad de Dios. Sin embargo no mencionamos el medio más poderoso que para nosotros en esta tierra es aquel fuego que quema dentro nuestro aquellos herrumbres del pecado y brinda la vida a nuestra alma para que arda con el nuevo fervor. Entonces nosotros mismos experimentamos las palabras de San Pablo que dice: ‘Yo vivo, pero no vivo yo sino que Cristo vive en mí.'(Gal.2.20). Ese es el fruto de la sagrada Eucaristía. Ella nos conduce a la cumbre de la perfección cristiana de la verdadera vida espiritual. Ella es nuestra primera alegría en la tierra; por ella participamos ya de la futura gloria celestial.
Nosotros vivimos los tiempos felices; todos nosotros podemos gozar de los frutos del pontificado de Pío X; podemos a menudo y diariamente estar con aquel que es toda nuestra alegría. Por la decisión del Santo Padre la tierra se ha convertido en cielo y son muy pobres los católicos que aún no entendieron el significado de la Comunión diaria. A través de la Santa Comunión comienzan a circular aquellas aguas que conducen a la vida eterna (Jn.4.14,). La Santa Comunión más rápida y fácilmente regenera y eleva nuestra vida interior. En la Sagrada Comunión el alma celebra sus triunfos, ella se asemeja a su Divino Esposo, se hace divina. Las fronteras de la perfección interior parecen acabarse; el alma se hace participe de lo infinito y eterno.
Quien habla de la reforma de la vida interior por medio de la Santa Comunión inconscientemente debe acordarse de la Santa Confesión. Esos dos sacramentos son las fuentes de la reforma sólida y permanente de la vida de cada católico. A eso está relacionada la elección del confesor permanente. El confesor recibe de Dios gracias especiales para mostrarnos la voluntad de Dios. El nos indicará qué faltas debemos evitar y qué virtudes es necesario practicar.
Todos esos son tan sólo los medios auxiliares que al final llevan a una sola meta: todos ellos tienen como finalidad introducir a Dios en nuestras almas para que ellas estén adornadas con el grado más alto de la vida interior. Recién entonces será colmado aquel enorme vacío que tenemos en nuestras almas, pues la misma puede ser saciada sólo por Dios.
Sin embargo muchos se preguntarán extranados cómo un congregante hablando de la vida interior no menciona a la Bienaventurada Virgen María. ?Es que ella no ocupa un lugar privilegiado en su alma? Es verdad, antes de finalizar es necesario que corone esta plática con una breve meditación sobre la Madre de Dios para que veamos si la Virgen María ha respondido a aquellas exigencias de las cuales dijimos que son imprescindibles para una fecunda vida interior. Aquellas pocas palabras y oraciones que nos ha conservado el Evangelio sobre la Madre de Jesús de un modo muy preciso y perfecto demuestran lo esencial de su alma. La frase: ‘Que se haga en mí según tu palabra!!!,’ pronunciada por María cuando el arcángel Gabriel le había traído la buena noticia de su vocación, contiene dentro suyo el principio, la esencia de su personalidad. En su vida no hubo momento en el que no haya cumplido la voluntad del Todopoderoso. Ella ha cumplido la Ley de Dios, ella se ha sometido a las costumbres de su pueblo; en fin, Ella siguió todos los consejos que su alma recibía inmediatamente del Espíritu Santo.
Aunque Ella era la elegida entre los escogidos no debemos pensar que no se haya servido de la lectura espiritual. Los piadosos pintores de los siglos anteriores la presentan leyendo el Oficio. Está claro y se entiende que leía y recitaba los Salmos tan conocidos por nosotros. La Virgen ha asimilado el contenido de los Salmos en su alma y los mismos en cualquier momento salían espontáneamente de sus santos labios. Y cuando leemos el Magnificat con atención, que ayer se ha ejecutado con tanta maestría en la iglesia del Sagrado Corazón, vemos expresada en él toda la vida interior de la Madre de Dios. Su alma, que descansaba en Dios, estaba colmada plena y completamente de alegría. Ella amaba el ocultamiento para no olvidarse de aquel que es eterno, que es el Creador del mundo. En Dios amó a todos los hombres, a todo el género humano, y era feliz, porque lo podía ofrecer a su propio Hijo por la salvación eterna de la humanidad.
La Madre María es entonces para nosotros un verdadero ejemplo. Ella era llena de gracia, toda la vida interior del mismo Dios ha inundado su alma; el Dios infinito nos da su propia vida a través de Ella. Para nosotros, los hombres, ?dónde está Dios más cercano que en la Eucaristía? El sacerdote, quien nos la reparte, en realidad sustituye a la Virgen María, que en su inmensa bondad nos da la plenitud de su propia vida interior, de su eterna vida interior sin límites – la que nos da al mismo Dios Jesucristo Eucarístico. Por eso decía la Liturgia ayer en la lectura ‘Quien me encuentra a mí, encontrará la vida y tendrá la salvación del Senor.’ Cierto, quien encuentra su vida interior y en su vida su alma llena de gracia encuentra la vida de la Santísima Trinidad. María nos brinda esa vida plena de la Sagrada Eucaristía; de ese modo, las nuevas aguas de la vida divina, de la vida abundante, empiezan a circular en nuestras almas. En realidad nosotros comenzamos a ‘ser participes de la salvación del Senor’ como lo expresa la Sagrada Liturgia.
Hasta el final de nuestra vida María nos brinda la vida divina! Pidámosle sin cesar a fin de que llenos de santa alegría descansemos en su tierno abrazo y en el Corazón de Jesús. Recién en la gloria eterna – en el Corazón de Jesús – el árbol de nuestra vida interior, que ya en la tierra empezó a brotar, alcanzará su plena grandeza y florecerá completamente. Recién entonces nuestra alma se convertirá en el perfecto y candente reflejo del Santísimo, Eterno y Trino Sol Divino.
(Periódico Católico, 51(1923)618-619)
Todos sabemos que la Iglesia Católica es el Cuerpo Místico de Cristo. Cristo es la cabeza y nosotros somos sus miembros. Así como la cabeza murió en la cruz, los miembros del Cuerpo Místico de Cristo también mueren por el bautismo. De la misma manera, los miembros del Cuerpo Místico de Cristo resucitarán. Cristo entonces, será el centro de todo; en vez de brillar el sol y la luna, brillará el Astro de los hombres. El fin postrero de todos los hombres es que todos entren en el Reino de Cristo. Únicamente por la Iglesia vendrán a Él y obtendrán su último fin. Por eso todo lo que existe en el mundo debe servir para que todos los hombres se convierten en miembros de la Iglesia, en miembros de Cristo y que resuciten a la eternidad. Así por ejemplo el Estado tiene la obligación de ocuparse del bienestar de los hombres en la tierra. El Estado es el conjunto de las familias que en un territorio común forman una comunidad independiente, sometiéndose a la cabeza principal. En consecuencia, el deber del Estado es ayudar a las familias y a los individuos a encontrar la felicidad temporal y eso es el camino a la eternidad. Por ejemplo, cuando el Estado ayuda a la familia, ayuda a la procreación y a la educación de los hijos. Esos hijos nacen y crecen a fin de convertirse en miembros del Cuerpo Místico de Cristo y a través de ello consiguen la meta final.(…)
Por lo tanto, si el fin del hombre no es sólo llegar a ser miembro del Cuerpo Místico de la Iglesia, sino lograr a través de ella la felicidad eterna viviendo virtuosamente, entonces resulta que la organización social tiene el deber de facilitar al hombre el ser virtuoso. Y a fin de que el hombre logre nuevamente una vida digna son necesarias dos cosas: la principal es hacer obras buenas y la segunda disponer de los bienes materiales necesarios para practicar obras buenas. Sin embargo entre todas las virtudes el primer lugar lo ocupan las virtudes piadosas que nos estimulan a adorar a Dios. La profunda contemplación en la fe, la vida del alma en presencia de Jesús es la mejor vida. De esa manera todo el sistema social tiene como finalidad ayudarnos a participar de las virtudes haciendo obras buenas y las buenas obras deben predisponernos para la meditación. (…).
El hombre que quiere vivir plenamente su vida humana tiene que vivir la vida de la Gracia, la vida de la unión del alma con Dios. Esta es la verdadera vida humana. Por lo tanto, las obras maestras artísticas más famosas son aquellas que describen esa vida del alma humana con Dios. Esas son las obras de los místicos como Santa Teresa y San Juan de la Cruz; del mismo modo, el pueblo más grande es aquel que da a la humanidad el mayor número de santos, dado que los santos son los hombres más perfectos debido a que viven plenamente el objetivo de la vida humana.
De todo lo dicho se deduce que el hombre está creado para la contemplación y que todas las actividades humanas tienen como fin la contemplación del alma. El Reino espiritual de Cristo debe extenderse a las almas por la Gracia.
Y la sociedad humana del mundo, surgida del seno de Adán, no sólo tiene la obligación de procrear hombres que serán miembros del Cuerpo Místico de la Iglesia, sino que la sociedad natural también tiene el deber de facilitar la tarea de la Iglesia a fin que ésta pueda influir en la vida de las almas humanas. En consecuencia toda la sociedad humana, que en los países católicos está unida a la Iglesia, a través de sus miembros y de sus actividades debe trabajar para la expansión espiritual del Reino de Cristo. Entonces, todo, sin excepción, lo que compone la sociedad humana y le ayuda en su vida, las comunidades políticas, deben ser organizadas de tal manera a fin de que sirvan y ayuden al alma en la contemplación, para que en la vida activa se cree la predisposición a la contemplación. (…)
Distingamos la contemplación natural y la sobrenatural. Todo hombre que no está bautizado vive la vida de la más digna vocación natural si medita, por ejemplo, sobre el único, inmutable y perfecto ser que es el principio y el fin de todas las cosas. Toda la sociedad humana natural, sin tener en cuenta el llamado sobrenatural del hombre, tiende a que se realice ese sistema social que facilite al hombre meditar sobre la mencionada verdad, puesto que el acto más grande de la mente humana es el de poder conocer y amar a Dios.
Puesto que el hombre está predestinado a lo sobrenatural el sistema social no se puede detener en lo natural sino que se debe facilitar al hombre la contemplación sobrenatural; esa contemplación para el cristiano no es un acto natural, sino sobrenatural, como son en general todos los actos del hombre que está en gracia. Santo Tomás define la contemplación: ‘Simplex intuitus veritatis’ (Sum. Theol., 11a 11eae.q.180 a I et X6). Según eso, la contemplación es el acto que mejor conviene al hombre, que en primer lugar es ser racional y luego es elevado al orden sobrenatural, en consecuencia, todo, también la organización del sistema social debe ser un estímulo para practicar las virtudes y esto ha de servir a la contemplación del alma.
(Acción Católica, pág. 32-38)
Puesto que la Acción Católica, además del objetivo ascético-místico y específico de construir interna y externamente el Reino de Jesucristo, tiene como condición social previa de su apostolado la educación de la mente adaptada al estado de vida, entonces se deduce que la Acción Católica en primer lugar es la formadora de lo ascético-místico (si otros no se ocupan de esa formación) y brinda la educación teológico-filosófica de la mente según el estado de vida. Además estudia y aplica aquella ciencia que se ocupa de un modo particular del Reino de Cristo en la sociedad, es decir la sociología católica que se ocupa principalmente de aquellos capítulos que son tratados por las encíclicas papales y las circulares y orientaciones de los obispos competentes.
El empeno primordial de la Acción Católica es la ascética y la mística. De todo lo anterior se deduce que toda la actividad humana debe tender a facilitar al hombre una vida espiritual más profunda (la contemplación). Poseer la Gracia en la tierra y la gloria en el cielo es el fin de todos los esfuerzos humanos. Si nos casamos, nuestro fin es dar la vida por la familia, evitar el pecado y cumplir mejor la voluntad de Dios: procrear y educar los frutos, participes del Reino de Dios. Si nos dedicamos a la acción económica pretendemos conseguir los bienes materiales para nosotros mismos y para los demás; el trabajo tiende a mejorar la situación de aquellos que viven del trabajo de sus manos para que puedan poco a poco ir mejorando su futuro como así también, libre y públicamente, cumplir sus obligaciones religiosas, sentir que son seres humanos y no animales, cristianos y no paganos, a fin de que con más fervor logren aquel único y necesario Bien, aquel Bien Supremo por el cual hemos sido creados.’ (León, XIII Graves de comuni).
En todo lo que hacemos, en todo nuestro obrar, se debe procurar que haya menos pecado en el mundo y que proliferen las obras meritorias. Hay que promover en todo el deseo del alma humana, la perfección. Puesto que la ascética y la mística son las ciencias de la perfección cristiana ellas deben ocupar el centro de todas las tendencias humanas. Debido a que los miembros de la Acción Católica de un modo particular desean ayudar a los hombres en su empeno por la perfección en la realización social del Reino de Cristo, queda claro, que la ascética y la mística luego la realización de sus principios deben ocupar el centro de sus esfuerzos.
Ahí donde la vida católica está muy desarrollada y donde paralelamente con la Acción Católica florecen numerosas instituciones netamente espirituales, es justo que estas instituciones formen la vida ascéticoŹ-mística de sus miembros y que la Acción Católica se inspire en la formación y la vida de estas instituciones espirituales.
(Acción Católica, pág. 49-51)
Es cierta la afirmación de que los sacerdotes y los religiosos tuvieron mucha influencia en la renovación católica entre los intelectuales franceses; ellos, en su mayoría conversos, rehabilitaron la doctrina católica en la vida pública. Nosotros, los del sur, vivimos en la frontera de la Iglesia y es lo más natural que allí surjan las sectas y que las herejías estén en un primer plano; sería anormal si los católicos no fueran perseguidos. La oración eucarística de hoy – San Dionisio – dice algo muy hermoso: ‘Les digo, amigos míos, no teman a aquellos que les persiguen’: Y San Pablo (Gal.6,14-18) se pone como ejemplo diciendo: ‘Hermanos, Dios me libre de gloriarme sino en la cruz de Nuestro Senor Jesucristo, por la cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo’. Mediten bien sobre el significado de las palabras subrayadas. En eso está la filosofía de la felicidad: hay que poner como centro de gravedad de todos nuestros anhelos el otro mundo, olvidarnos de nosotros mismos, trabajando por nuestro Senor Jesucristo, que es el Único eterno. Tú podrías decirme que con estas ideas todos nos moriríamos de hambre. Seguramente mamá también piensa así. Considero que nuestras deducciones lógicas deben ser consecuentes. Es decir si creemos en el Dios absoluto, supongo que mamá también cree en El, entonces no existe la casualidad. (Lc.12,1-2). En consecuencia siempre tenemos que cumplir la voluntad de Dios y si El quiere que suframos hambre, la soportaríamos, si Él exigiera que nos decapitasen digamos: gracias a Dios! Además hay que saber que el buen Dios nunca carga al hombre con un yugo más pesado del que puede llevar. Lo escribo por mamá, que siempre tiene miedo y se pone nerviosa. Si no existiera Dios sino la casualidad eso mamá lo comprendería (sería mejor aniquilar todo el género humano), pero siendo tan felices, sabiendo que esta vida dura muy poco y que luego estaremos eternamente en el paraíso, seamos valientes, sacrifiquemos un segundo de esta vida para entrar en el cielo infinito … Les pido que me comuniquen cualquier idea contraria a fin de que con el esfuerzo común podamos empenarnos en esos veinte – treinta ańos que tal vez nos toca vivir en la tierra, empleemos todas nuestras energías para la salvación de nuestras almas y el mayor número posible de las almas de nuestro prójimo… Los ama su hijo y hermano en Jesucristo. El día de San Dionisio Areopaguita 1921.
(De la carta a su padre escrita en 1921)
Se sobreentiende y es natural que durante siete anos de mi estadía lejos de casa que las diversas organizaciones hayan influido también en mí. Además sabes que la vida y la Universidad de Viena, luego la guerra, el estudio y después Lourdes, me han convencido totalmente de la veracidad de la fe católica y que por eso toda mi vida se mueve en torno al Senor Jesucristo. Tú no debes interpretarme mal y pensar que creer y estar triste significa lo mismo, la verdad es todo lo contrario. Al Senor hay que servirlo con alegría y estar dichosos por la belleza extraordinaria de la naturaleza, la felicidad familiar y por todos los demás dones. (De la carta a la madre del 20.X.1921).
La fe católica es mi vocación vital y eso debe ser para cada hombre, sin excepción. Puesto que esta vida es sólo una breve preparación para la eternidad es normal que toda nuestra actividad tienda a ese fin. Uno se casa para que haya nuevos habitantes en el cielo, otro, además de eso, es periodista y difunde la verdad, otro es maquinista y facilita la extensión rápida del Reino de Dios. etc.
Eso parece insólito puesto que vivimos en un siglo en el cual la situación espiritual se ha transformado en una miseria. Nos hemos olvidado de pensar sobrenaturalmente, se vive y muere sin saber por qué. Existe la posibilidad de que este miserable estado llegue a su fin, pero nosotros no podemos dejarnos aplastar por esa sucia atmósfera en la cual vivimos. Espero tener los mismos pensamientos y recemos juntos al buen Dios. Él guiará nuestros pasos según lo considere bien y no como lo desea nuestra imaginación.
Querida mamá, intenta rezar el rosario que te envié y pedir a la querida Virgen de Lourdes para que te sanes y ella te ayudará. Papá te puede ayudar, yo tampoco seré perezoso. (De la carta a la madre del 6 de noviembre de 1921.)
Los apuntes de los ejercicios espirituales
7-9 XI 1923
7.XI
I Meditación
Ninguna luz en la meditación.
La oración del Confiteor muy clara. En ella se revela el fruto de la meditación. Especialmente: quia peccavi nimis cogitatione verbo opere:
1) Puesto que Dios nos creó para su gloria nos ha dado el mundo de las ideas que provienen de Él y eso ha de ser sólo la prolongación de su vida interior. peccavi: puesto que eso no pasó siempre conmigo.
2) Puesto que Dios nos hizo para su gloria nuestras palabras deben dar testimonio sólo de Él, deben transmitir su vida interior a las almas del prójimo.
Peccavi: puesto que…
3) Puesto que Dios nos hizo a su imagen nos ha dado la capacidad de hacer obras que continúen su vida interior y así den testimonio de Él.
Peccavi: puesto que…
Medito mejor durante el rosario cuando la oración es oral (podría meditar mejor aún sobre ello si lo rezaran varias personas en voz alta.).
II Meditación
Serviré al Senor Dios como coordinador en las asociaciones católicas porque conozco los continuos alejamientos de la verdadera doctrina (Sen., Orl., Domag.).
Todo lo que se me hiciera, me ocurriera, es como si viniera del mismo Dios, por eso nada puede perturbar nuestra paz interior. Siempre hay que pensar como si en el mundo solo existiera Dios y yo.
III Meditación
El camino más seguro, más cercano a la meta – a la salvación de mi alma. Si me quedo en el mundo, con mis padres, yendo a la escuela y frecuentando las asociaciones, escribiendo en los periódicos, en mi vida no habrá grandes hazanas; todo será una ‘chapuza’. Si me hago religioso. Casi queda excluido que mis ojos pudiesen soportar un estudio más intenso (tal vez la operación pudiera ayudar en algo). ?Entonces cómo salvar mi alma? ?Cómo dar sentido pleno a la vida? Es necesario hacer voto de obediencia a un grupo, una organización en la cual sin duda actúa el Espíritu Santo, la que en todas sus actividades pequenas y grandes, importantes y menos importantes realiza el Reino de Dios. Eso sería el Movimiento Católico si el arzobispo de Zagreb se ocupara de él. Puesto que no se nota su interés por el Movimiento Católico y solo a él se podría profesar la obediencia debo hacerme miembro de una orden que por su carácter internacional es independiente de la jerarquía pero se ocupa del Reino de Dios.
8.XI
I Meditación
Necesito pensar más que hasta ahora sobre el mal del pecado y sobre los episodios del Antiguo Testamento. Entonces, cuando comprendo y siento el significado del pecado, sabré abrazar con amor la Santa Cruz que me ha librado de tan grande y eterna desgracia. Vencer el respeto humano para que no me arruine aquellos pocos momentos en los cuales el hombre puede en el mundo dedicarse a las verdades eternas.
Meditación II
He preguntado al Senor Dios si le gustaría verme a la hora de la muerte como sacerdote o como religioso. En ese sentido no he recibido ninguna iluminación particular. Me sentiría dichoso si muriera en el estado en que me encuentro ahora; solo tengo miedo de que trabajando, escribiendo o haciendo otra cosa dentro de la Organización Católica, busque más mis simpatías personales en vez de poner más interés en las cosas de Dios. Por eso es necesario que continúe en aquel ambiente donde me ha puesto la voluntad de Dios y trabaje bajo la dirección de alguien, es decir de aquellos cuya vocación y vida están bajo la influencia constante del Espíritu Santo.
Capacidades físicas: vista débil; en consecuencia no hay que dedicarse solo al trabajo intelectual. Ser resistente al cansancio, comida inadecuada, lluvia, cama dura, – condiciones que me faciliten viajar a los lugares donde existen nuestras asociaciones.
Capacidades del alma: el conocimiento de idiomas y los movimientos católicos de distintos países. Ser mediador entre estos movimientos y los nuestros (acción coordinadora.) Orientación en literatura – juzgar la literatura desde el punto de vista católico. Lo mismo respecto a la liturgia. Si escribo algo, dárselo a alguien para que lo lea.
Como el Salvador se había separado de sus padres mi corazón también se debe separar de ellos. Cumplir la voluntad del Padre celestial y estar preparado para dejar el hogar cuando Él lo desea. Mientras viva con mis padres debo tener la libertad de trabajar allí donde lo exige el Movimiento Católico, sin tener en cuenta a mis padres. Mis obligaciones son: asegurarles aquellos medios necesarios para una vida digna y procurar que su vida y su trabajo estén de acuerdo con el corazón de Dios.
Meditación III
Jesús, que dulce es formar parte de tu ejército, servir bajo tu bandera. Me olvido de todo lo querido, de mi padre, de mi madre, cuando me acuerdo de tu imagen celestial y de tu querida Madre. Jesús me entrego todo a ti. Preferiría servirte allí donde se medita sin cesar sobre Ti, y servirte solo a Ti. Tú quieres que te ame más perfectamente en el estado en que me encuentro ahora. ?Querrías que se fundase una nueva companía de laicos católicos que de un modo particular se comprometieran a servirte? ?Querrías tal vez que en su programa se establecieran retiros mensuales de dos días? ?Podrían ellos comprometerse a recibirte cada día y rezar diariamente de acuerdo a las directivas de los superiores de esa companía? Su apostolado sería organizado según las directivas de los superiores a quienes ellos profesarían obediencia. !Jesús, que se haga tu voluntad! Loquere, Domine quia audit servus tuus!
9. XI
Meditación I
Jesús, al mostrar las tres metas, cada una con un laurel especial, ?quién no desearía correr y alcanzar aquella que está más lejos y se consigue con más dificultad? Por eso te pido Jesús que en el estado en el que me encuentro siempre procure ser semejante a Ti. No buscar para mí ningún bien material, ser obediente a tus inspiraciones en mi alma y a los consejos de mi director espiritual, de quien Tú te sirves, no tener otro Esposo que a ti, Salvador mío. No permitas que sea infiel, dame fuerza para que en el sufrimiento voluntario me asemeje más y más a Ti. Por eso te pido, Jesús, la posibilidad de pensar en las verdades eternas y estar unido diariamente a ti Dios mío.
Meditación II
Tú me dices Jesús que te siga. Por eso te pido que destruyas en mí las inclinaciones que me unan con mis padres y algunas veces me hacen tibio e indeciso en tu servicio. Asimismo me comprometo a vivir desde ahora en la casa familiar, una vida eternamente dedicada a Ti. Si advirtiese que en esa vida algo, por más pequeno que sea, me impidiese cumplir tu voluntad en las cosas insignificantes y que en otro estado de vida podría hacer algo mejor para tu gloria, te prometo que abandonaría mi casa paterna.
Meditación III
Siento todo el amor de Dios que se revela en su inmensa bondad. En los beneficios corporales y espirituales. Él está presente en todo. Él mismo trabaja y nos da estos dones. Mueve el universo, los astros, para que yo pueda vivir, para que las plantas puedan crecer y alimentarme. Sin embargo la bondad más grande de Dios es cuando se nos entrega completamente. Nos revela su grandeza en el mismo universo, en la profundidad de los mares; nos da su amor en la gracia santificante, colma millones de almas de si mismo y las hace participes de lo infinito. Oh, su amor inagotable, no solo se nos brinda con sus beneficios, con su presencia, con su trabajo, con sus bienes, sino que nos da toda su infinitud, su inmensidad – en la pequena Hostia para alimentarnos.
!Oh inmenso amor de Dios que colmas a una criatura humana tan insignificante con dones incomprensibles! !En agradecimiento te entrego a mi mismo, Dios mío! Tómame y no permitas que desvíe la mirada a otro lado y que me arrepienta de mi elección. !Haz que acepte el cáliz del sufrimiento y que pronuncie en esta tierra tu nombre, y que después de eso te pueda mirar cara a cara!
Jesús, sin la renovación del pueblo croata no hay renovación. Todo lo demás es cháchara, es el sentido de las palabras del director espiritual. Jesús, si quieres que sea religioso – aquí estoy. Haz que por amor a Ti abandone a mi padre y a mi madre.
/Manuscrito, Arch. FV/
Apuntes de los retiros del 27-29 III 1926
Sábado, son las 8 hs
Dios nos ha creado para que lo alabemos.
Eso es lo primero. Los ángeles lo alaban sin cesar, toda naturaleza lo alaba. Nosotros también debemos alabarlo.
Todo lo demás es secundario. Esa es la finalidad por la cual hemos sido creados; es lo que nos sostiene por siempre jamás.
Mejorar en:
La alabanzas a Dios por el esplendor con el que se nos revela en la naturaleza. De eso pensar y hablar.
Alabarlo por los beneficios de la Santa Iglesia, de los santos, de la Sagrada Eucaristía. Animar la Unión Aguilena Croata para que ella también alabe al Senor, para que lo alaben todos sus miembros.
Crear condiciones para que los miembros de la UAC puedan cumplir su obligación vital: alabar al Senor.
Sábado, son las 17 hs
El pecado es el peor mal, en realidad el único mal, porque nos aleja del único bien – Dios. En consecuencia se deduce que hay que odiar el pecado y luchar con todos los medios para destruirlo. La Asociación tiene como deber desterrar el pecado. Si no se consigue que todos los miembros vivan de la gracia, la Asociación no tiene sentido, porque de nada le vale al hombre ganar todo el mundo si pierde aquel fin para el cual fue creado. Como mínimo una confesión mensual, lo que prescribe el libro de oro, tendría que ser la manifestación solemne de la lucha aguilena contra ese único mal, el pecado. La Asociación es un gran bien para los miembros porque les brinda oportunidades de salvar sus almas. Para que todos los miembros puedan conocer mejor el fin de la obra para la cual fueron creados – laudare, reverei, servire Deum -. La organización aguilena ofrecería un beneficio óptimo si organizara para ellos retiros espirituales. El nivel espiritual de la asociación es una prueba del inmenso amor de la Iglesia para la salvación eterna de los miembros. Sería necesario introducir una instrucción sistemática de catecismo. De acuerdo a eso y en primer lugar, las asociaciones aguilenas deberían vigilar sobre el trabajo intensivo interior. La formación de cada individuo debe ser profunda para que cada acto suyo, hecho conscientemente, responda al triple fin por el cual fue creado. Las personalidades formadas de esta manera serían capaces de actuar social y apostólicamente, es decir, hay que crear en los demás las condiciones para que estos conozcan también el triple fin de su vida y la arreglen de acuerdo al mismo. Sería un absurdo si el águila no conociera el triple fin de su vida.
Domingo, son las 8 hs
En el lecho de mi muerte desearía haber sido siempre el mensajero del Gran Rey, es decir, siempre estar en la presencia de Dios, sabiendo que alabar, honrar y servir a Dios es lo más importante, todo lo demás es vanidad. Si en mi ocupación personal he sido distraído, sombrío, olvidándome del objetivo de mi trabajo:
Decisión: Cada trabajo necesito hacerlo sin prisa, decididamente, con dinamismo.
1. A determinada hora saltar rápido de la cama.
2. Antes de comenzar la meditación precisar el tiempo (duración) (sin apuro).
3. Caminar por la calle en general moderadamente; mirar adelante; la mente se ocupa de la meditación matutina.
4. En la sala de profesores hacer solo los trabajos indispensables, el resto del tiempo hablar con los profesores para que se enamoren de Cristo.
5. A la clase entrar lentamente, recogido, sabiendo bien el contenido de lo que se ha de tratar.
6. Sin una gran necesidad no omitir en tiempo determinado el examen de conciencia al medio día. Regularmente debe durar 5 minutos. Luego el Ángelus.
7. Serenamente hablar con los padres.
8. No apurarse con los instrumentos.
9. El examen de conciencia de noche regularmente 5 minutos.
Domingo, las 10,15 hs
Un gran peligro para la Juventud son las asociaciones interconfesionales. El pecado, que expone al hombre a los sufrimientos eternos, ahí está inadvertido. No solo esto sino el peligro de que la juventud tiene la oportunidad de perder el objetivo por el cual fue creada.
!Si los obispos advirtieran con más decisión este gran peligro! Se trata del bien más importante y ellos deben cuidar el rebańo conferido de esta enorme e indescriptible desgracia.
UAC debe advertir a los socios sobre este gran mal del pueblo – el pecado. Para poder encender el celo apostólico en las almas aguilenas en la lucha contra el pecado que nos rodea en todas partes es necesario hacer el esquema de retiros espirituales para los águilas, enviarlos a los retiros espirituales para que en todas las asociaciones se realicen al menos parcialmente los retiros espirituales para todos los miembros.
El núcleo de todo apostolado es la lucha contra el pecado. Es el marco principal en el cual entran otras clases de apostolado – netamente religioso, educativo, político, económico-social.
Quien milita en las filas de la Iglesia tiene solo un enemigo el pecado, todo lo demás son cosas indiferentes de las cuales hay que servirse para aniquilar el pecado y promover la salvación de las almas.
Domingo, son las 2,45 hs.
Decisión: Levantarse siempre para llegar antes de comenzar la Santa Misa y poder terminar la meditación en paz hasta la Sagrada Comunión.
Permanecer hasta que el sacerdote no sale del altar. Si se reparte la Comunión después de la santa Misa, si no, al menos quedarse aún 5 minutos más. Levantarse a más tardar a las 5,45 a condición de dormir por lo menos 6 horas.
Domingo, las 17 hs
Luchando guiados por el Rey crucificado debemos estar crucificados hasta el fin del mundo. La Esposa de Cristo está crucificada en la cruz a través de los siglos, yo también debo formar parte de esa gloriosa personalidad. La vida cómoda, sin la cruz, sería la ignominia más grande. Por eso hay que sentirse feliz y considerar como normal ser soldado de Cristo y no murmurar como hasta ahora por las difíciles tareas profesionales que impiden trabajar holgadamente en los asuntos y estudios privados.
Decisión: Cumplir conscientemente las obligaciones profesionales considerándolas como cruz de la vida; mi diaria crucifixión será la bendición del trabajo por la salvación de las almas en la Acción Católica.
Lunes, son las 8 hs
El Salvador, hasta sus treinta ańos se dedicó a los trabajos prácticos en Nazaret. Fue carpintero. Ese trabajo lo podía realizar alguna otra persona. El no vino al mundo para ser carpintero y sin embargo trabajó como carpintero casi toda la vida. Ensenanza para mí. El Salvador me dio el ejemplo de que debo hacer trabajos prácticos, aquellos que otros en mi lugar podrían hacer mejor: (en la escuela). Renunciar a mi individualismo y cumplir con las obligaciones que no responden a la profesión específica: es necesario vencer mi propia voluntad – superbiam vitae. Por eso con alegría debo ir llevando mi cruz de las obligaciones profesionales y ganar con ellas el pan. Que ese cumplimiento de la voluntad de Dios sea la prenda de la bendición en el trabajo de la Acción Católica.
Lunes, las 10.15 hs
Donde deseo actuar mi comportamiento hacia la gente debe adaptarse a como son ellos. El Salvador anteriormente de su vida pública se dejó bautizar por Juan como cualquier otro pecador. Lo hizo para darnos ejemplo; También con aquella gente donde deseo actuar debo mostrarme igual a ellos en todas sus debilidades.
Antes de estar con ellos debo vencer las tres concupiscencias, especialmente la primera. Para que no me desanime ante las dificultades y los esfuerzos físicos no discerniré yo mismo sino pediré el consejo al director espiritual.
Hay que advertir a todas las nuevas generaciones de miembros de la Acción Católica que deben estar preparados para el sufrimiento, para el llanto y la injusticia. El espíritu de comodidad y el deseo exclusivo de la felicidad terrena pertenecen al espíritu de este mundo.
Propósito con respecto a la madre:
A menudo obsequiarla con lo que le agrade.
Visitarla cuando me hace llamar. Ese sacrificio ofrecerlo por ella (aunque en eso me parezca a un nino).
Consejos del director espiritual
Domingo:
Dos misas. Dedicarme a mis padres, amigos (conversaciones agradables) Al atardecer tener una hora de adoración.
Evitar la precipitación.
Interiormente hacer actos de amor dirigidos a Dios Salvador. (Siempre estar en Dios como el pez en el agua.) Eso me protegerá de la precipitación, me dará paz y ayudaré a los demás a amar.
En mis conferencias se nota que no están bien, (especialmente en el aspecto intelectual). Lo que parece ser entusiasmo es tensión. Cuando empiezo a hablar: necesito hablar con tranquilidad, estar preparado, sin tensión. Prepararme al menos con la meditación
Propósitos de París
1. Dormir en cama dura
2. Banarse diariamente con agua fría.
3. No comer nada a la manana.
4. Los viernes sentir el hambre.
5. A menudo dejar de comer cuando más me place.
6. Diariamente hacer ejercicios físicos en cualquier circunstancia.
7. Nunca hablar de sí mismo.
8. Solamente almorzar y cenar.
9. Una vez al mes no comer ni beber nada durante 24 horas.
10. Lo que sobra de mis bienes darlo a los pobres.
11. Nunca hablar de mis sufrimientos.
12. Hablar muy poco.
13. Al menos una vez al día orar bien ante Dios.
14. Enfrentar las situaciones desagradables.
15. Bendecir el propio dolor.
16. De vez en cuando sufrir voluntariamente ((acordarse del sufrimiento del infierno) (en secreto).
17. Hacer penitencia sin que los demás lo sepan.
18. A veces levantarse del sueno profundo y mirar las estrellas.
19. Visitar lugares tétricos en las noches más oscuras. (Vencer el miedo, fortalecer la fe)
20. Aceptar las humillaciones con alegría delante la gente.
21. Nunca dedicarse demasiado y exclusivamente a la ciencia.
22. Estar fuertemente relacionado con la vida.
23. Al salir el sol estar listo para la vida concreta. (En verano levantarse a las cuatro y en invierno a las cinco horas).
24. Evitar de la parcialidad en la ciencia pues eso destruye la alegría.
Última redacción de la regla de vida
1. Acordarse de la meditación de la manana antes de comenzar cualquier oración.
2. Cuando haya suficiente comida disminuir el postre
3. Determinar la duración de cada oración. (Adoración, meditación).
4. No trabajar después de la cena.
5. Un pequeno secreto: Por María deseo amar a Jesús cada día más.
6. En espíritu de penitencia realizar las obligaciones profesionales con mayor perfección.
7. (Como penitencia solo día por medio dormir bien.)
8. Comulgar todos los días y si es posible visitar al Santísimo Sacramento.
9. Por penitencia levantarse siempre rápidamente y a la hora determinada en la noche anterior.
10. En cada comida renunciar a algo por la salvación del alma.
11. Qui regulae vivit Deo Vivit: por eso sin una causa importante no se deben cambiar las decisiones.
12. Durante el período de Adviento no causar la risa de nadie.
13. Reír solo a causa de una alegría espiritual.
14. Sirviéndome de la técnica en la extensión de la gloria de Dios estaré a la par de los liberales porque ellos trabajan para ganar dinero.
15. Mi manera de vivir y de conversar con el prójimo debe sostener y no derrumbar su vida contemplativa.
16. Ser muy ordenado.
17. ˇAma nasciri et pro nihilo reputari!
18. Con aquellos que no tienen culpa de no ser católicos hablar con espíritu animae Ecclesiae, discernir si cumplen las exigencias de la ley natural e ir construyendo sobre el bien natural que poseen.
19. Nunca protestar por la comida.
20. No enfadar a nadie y especialmente no enfadar a la madre.
21. Amar el santo silencio.
22. Por la manana al levantarme me aseo y yendo a la iglesia pienso en la Eucaristía.